Historia
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- Publicado: Martes, 03 Septiembre 2013 15:45
Una de las actividades que más solera tiene en la corta existencia de la SADEM es la Olimpiada Matemática Asturiana, para estudiantes de Educación Secundaria. Con ella se intenta conseguir que la resolución de problemas se convierta en objetivo preferente de la enseñanza de las matemáticas, en los niveles educativos a los que va dirigida. En consecuencia, el verdadero éxito de la olimpiada se podrá ir viendo en la medida en que van cambiando los planteamientos metodológicos y didácticos del profesorado cuyo alumnado toma parte en la misma. Por ello, se considera particularmente importante todo el proceso previo a la Olimpiada: las fases de concurso son la culminación del trabajo continuo en los centros sobre la resolución de problemas, dentro de una nueva concepción de las matemáticas escolares, en las que el acento no se pone en la acumulación de hechos y conceptos matemáticos y en la realización mecánica de cálculos, sino en las formas de pensamiento y actuación matemática que permitan el análisis, planteamiento y, finalmente, solución de problemas.
Más en concreto, los objetivos que se persiguen son:
• Propiciar la participación masiva de estudiantes y profesores tanto en las actividades que, con ocasión de esta convocatoria, puedan celebrarse en los distintos centros, como en las pruebas de la olimpiada.
• Fomentar entre los estudiantes el gusto por las Matemáticas, así como presentar una visión de las mismas complementaria a la utilizada en el aula.
• Favorecer las relaciones de amistad y conocimiento entre los jóvenes participantes.
• Fomentar el espíritu cooperativo, potenciando las modalidades de participación en equipo, y proporcionar a todos los participantes la ocasión de hacer matemáticas con placer.
• Promover la incorporación de la resolución de problemas a las clases de matemáticas, divulgando los materiales generados en la olimpiada entre el profesorado de matemáticas.
En la primavera de 1994, la SADEM convoca la I Olimpiada Matemática para estudiantes de 8º de EGB. Aquella primera edición, se organiza en colaboración con la Facultad de Ciencias, el ICE y los Centros de Profesores y de Recursos, y cuenta con un importante apoyo institucional del Principado de Asturias, que no solamente se concreta en el aspecto económico, sino que queda patente también con la presencia del propio Presidente del Principado, de la Consejera de Educación y del Rector de la Universidad en el acto de entrega de premios, que se celebra en el Paraninfo de la Universidad de Oviedo. Era la primera vez que entraban en este lugar estudiantes no universitarios.
A partir del año siguiente este apoyo del Principado iría en claro retroceso, tanto en el aspecto económico, que al tercer año ya es nulo, como en el institucional. A partir de la cuarta edición de la olimpiada sólo se pudo seguir adelante gracias a la colaboración entusiasta del Ayuntamiento de Gijón, que no ha dudado en ofrecer su apoyo cuando la Consejería de Cultura del Principado de Asturias denegó la ayuda que había dado para la organización de las dos primeras ediciones de la olimpiada. En el aspecto económico actualmente también se cuenta con el apoyo de Caja de Asturias y , en menor medida, de algunas casas comerciales.
Como ya se apuntaba más arriba, en las bases de la olimpiada se establecen dos categorías: la categoría A está abierta a la participación de los estudiantes de 2º curso de ESO, y en la categoría B toman parte los de 3º y 4º cursos de ESO. El número de estudiantes que puede representar a un centro depende del número de grupos de alumnos con los que cuenta el centro, conforme se estipula en las citadas bases, y los estudiantes se deben agrupar en uno o más equipos de cuatro componentes cada uno. Es bastante frecuente que en cada centro se realicen pruebas similares a las que posteriormente se propondrán en la olimpiada, para la selección de sus representantes.
La Olimpiada tiene dos fases: semifinal y final. La primera de ellas se celebra, simultáneamente, en Oviedo, Gijón y Avilés. El número de participantes en esta fase semifinal ha ido aumentando desde el centenar de la primera edición, a los casi cuatrocientos de la séptima. En la semifinal se selecciona a 40 estudiantes en cada categoría que pasan a la fase final.
En la fase semifinal, en ambas categorías, los estudiantes realizan una prueba individual y otra por equipos. La primera consiste en la resolución de cuatro problemas, para lo que disponen de una hora. Son problemas de naturaleza y dificultad variada. A los equipos se les propone una "prueba de relevos". Para esta prueba cada equipo se debe dividir en dos parejas. A cada pareja se le van proponiendo alternativamente una serie de problemas: antes de que una pareja resuelva un problema ha de esperar a que sus compañeros de la otra pareja resuelvan el suyo. Así, mediante relevos, tratan de resolver el mayor número de problemas, teniendo en cuenta que su nivel de dificultad va en aumento en el transcurso de la prueba.
En la fase final los estudiantes deben abordar una prueba individual y dos pruebas por equipos. La prueba individual y una de las de equipos son similares a las que se proponen en la fase semifinal. La otra prueba por equipos, la denominada "prueba de velocidad", consiste en la resolución de 10 problemas en 50 minutos, a razón de 5 minutos para cada problema. Gran parte de estos problemas son juegos matemáticos, actividades manipulativas (puzzles, construcciones geométricas) o de cálculo mental (estimación en cálculos o de medidas). Esta prueba de velocidad tiene un carácter muy dinámico: cada problema está planteado sobre una mesa; al inicio de la prueba cada equipo se sitúa en una de las mesas (hay tantos equipos como mesas) y, una vez dada la orden de inicio, aborda el problema que tienen delante, que controlará un supervisor; pasados 5 minutos se hace una señal sonora y cada equipo debe abandonar su problema y pasar al siguiente. De esta forma todos los equipos deben pasar por las 10 mesas que componen tan peculiar circuito.
Uno de los objetivos de la olimpiada, como ya se ha apuntado, contribuir a que las matemáticas, y en concreto la resolución de problemas, favorezcan las relaciones de cooperación y de amistad entre chicos y chicas de diferentes centros y localidades asturianas. Por ello, una de las características que merece la pena resaltar es que en la fase final los equipos se forman de manera que nunca coincidan estudiantes del mismo centro en un mismo equipo, procurando además un equilibrio entre chicos y chicas e, incluso, en relación a sus localidades de procedencia.
Para lograr este objetivo también se realizan otras actividades complementarias: gymkhanas matemáticas, sesiones de análisis de los problemas, etc,
En el acto de entrega de premios de la olimpiada se distinguen a los diez estudiantes de cada categoría que han obtenido mejores resultados en la fase final, una vez efectuada la evaluación de las pruebas realizadas y aplicados los criterios de ponderación (60% individual y 40% equipos). Estos estudiantes reciben diplomas acreditativos de su destacada actuación en la olimpiada, así como obsequios del Ayuntamiento de Gijón y de la comisión organizadora. En este acto también se dan a conocer públicamente los nombres de los 3 representantes de Asturias en la Olimpiada Nacional de Matemáticas para estudiantes de 2º de ESO.